El pasado viernes, mientras los noticieros presentaban las imágenes de la cumbre
de Rio, yo estaba en un aeropuerto. De repente hubo un silencio
generalizado y los pasillos se vaciaron. Al asomarme para ver qué
pasaba, encontré a todo el mundo viendo juiciosamente los
televisores y escuchando los comentarios de los noticieros.
Es increíble la relevancia que la superada crisis con nuestros vecinos
levantó entre todos los compatriotas. Ya había visto también cómo
durante la hora del almuerzo un restaurante de comida rápida,
atoiborrado de comensales se silenciaba para oír los comentarios del
presidente Chávez en la cumbre. Estoy seguro de que nada de esto
hubiera sucedido si no se hubiera vivido esta cumbre en medio de una
grave crisis diplomática de Colombia con sus vecinos.
También me llamo la atención un comentario que le oi a una vendedora
de un almacén en el aeropuerto. "La política si es lo más hipócrita
del mundo". Lo que me parece triste de todo esto es que esa sea la
opinión que se tiene entre las personas "del común". Creo que la
actividad política se ha desvirtuado por completo, pero además se
evidencia una desconexión entre los políticos y los ciudadanos. La
gente no quiere meterse en política ni comprometerse con una posición
particular y eso le ha hecho un gran daño a nuestro pueblo. No se
puede aceptar esa apatía ante los hechos políticos. Si algo positivo
tuvo esta crisis fue precisamente llegarle a las entrañas a nuestros
pueblos y hacernos pensar en las implicaciones de la geopolítica de la
región.
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