La ahora superada crisis con Venezuela dejó claro el interés marcado de Hugo Chávez por diseminar a lo largo de toda América Latina su proyecto político. Cuando hace 10 años llegó al poder, en un grupo con el que me reunía a revisar temas geopolíticos, mencioné que el mayor riesgo que veía en él era justamente su lineamiento político “Bolivariano”. Los grupos guerrilleros colombianos sólo han tenido un vínculo común durante toda su vida: La admiración por el libertador Simón Bolívar y la causa bolivariana de “libertad y unión de la gran Colombia”.
Mi preocupación en aquel entonces era que esta afinidad ideológica sirviera de vehículo de aproximación para que Chávez empezara a financiar la guerrilla o a implementar un plan expansionista contra Colombia. Los hechos de la semana pasada, la evidencia del computador de Raúl Reyes y la reacción del mandatario venezolano por la muerte del guerrillero, parecen confirmar para mi pesar que mis suposiciones eran ciertas.
Si algún país tiene una posición geográfica estratégica es Colombia por su conexión con los dos océanos, por estar en la esquina de Suramérica y por la biodiversidad de sus tierras. Es hora de que el pueblo colombiano se manifieste para hacerle llegar a la guerrilla de las FARC el mensaje claro y contundente: No queremos más actividades subversivas de su parte, no nos gustan sus métodos y los esperamos para que desde la legalidad defiendan su proyecto político (si es que lo tienen).
Como dicen popularmente, “amanecerá y veremos”
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