viernes, 7 de marzo de 2008

Marchas

Ayer se llevó a cabo la marcha convocada para protestar por las víctimas de la violencia de los paramilitares en Colombia. Sin embargo, no hubo una participación tan masiva como en la marcha del 4 de febrero y se presentaron algunos disturbios que ensombrecieron la marcha al final.

Qué pasó?
Pues en mi concepto, el error de esta marcha estuvo en rotularla "en contra de", lo cual permitió que tomase un tinte político mucho más rápido de lo esperado y que se empezara a atacar la marcha como una marcha pro-guerrilla. La marcha del 4 de febrero fue muy bien manejada porque convocó a la población al rededor de la liberación de secuestrados; si bien hubo un mensaje directo en ese momento a las FARC por la liberación de Clara Rojas y Consuelo de Perdomo, la población rápidamente aceptó marchar por la liberación de los secuestrados, que es una causa que a todos nos parece loable.

En mi concepto hubo un manejo lingüístico que perjudicó la idea de la marcha del 6 de marzo.

El pueblo colombiano tiene que seguir marchando. Tenemos que manifestarnos para darle a los insurgentes el mensaje claro de qué es lo que el pueblo SI quiere y qué es lo que NO quiere. No podemos volver estas marchas un vehículo para reclamar que un lado u otro abandonen sus causas, pues las causas son válidas siempre; pero lo que debemos reclamar es que se hagan las luchas por MEDIOS que no involucren más violencia ni más muertes ni más secuestros. Tenemos que invitar a que todo el mundo pueda expresar sus opiniones o enalborar sus banderas, pero utilizando los canales instituidos para este fin. La lucha política por un mejor país y una mayor igualdad social es válida y el país tiene que permitir que las personas disientan dentro de la democracia, pero debemos protestar contra los medios violentos.

Debemos seguir marchando. Ojalá todos los meses el país marche o se paralice por 30 minutos por lo menos para darle el mensaje a los violentos de que necesitamos que cambien. Que liberen a los secuestrados, incluyendo a los militares y policías, porque es el momento de buscar caminos de construcción de país pero no por las armas sino por las ideas. Aprovechando la democracia y dejando que el pueblo manifieste cómo quiere ser gobernado y qué desea apoyar.

No más violencia, por favor. Esa es una causa común de los colombianos. Y ahí no importa la filiación política. TODOS queremos la paz.

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