martes, 15 de abril de 2008

El congreso haciendo agua

Por cuenta de los pactos entre paramilitares y hoy senadores, se ha levantado un proceso jurídico sin precedentes en Colombia en el cual se han investigado y encarcelado un número importante de congresistas. Varias cosas sorprenden de todo esto:

  • La corte suprema de justicia está haciendo su trabajo de manera impecable al citar a todos los involucrados.
  • Se ha demostrado el nivel de penetración de los grupos irregulares en la política colombiana.
  • El Congreso se ha empezado a llenar de senadores y representantes que no fueron los elegidos sino sus suplentes u otros miembros de la lista que recibieron unas votaciones menores.
  • Hoy tenemos congresistas ejerciendo que tuvieron votaciones inferiores a las de otros candidatos cabeza de lista que en su momento no pudieron llegar al Congreso.
  • Se ha venido debatiendo la legitimidad del Congreso por este hecho y por el motivo de haber sido elegido en un porcentaje importante por influencia de los paramilitares, minando el derecho al voto libre.
Ahora se habla de reforma política, la cual se está debatiendo por los mismos congresistas (los que quedan) y que está analizando si la salida es la figura de la "silla vacía", el reconteo de votos, seguir con el carrusel de suplentes que reemplazan a los judicializados, etc.

A mi me parece positivo que se esté dando este proceso. Me preocupa el ejercicio legislativo, pues está en manos de una serie de personas que están más preocupados por sus defensas personales que por el trabajo que deben realizar. Me parece positivo que las cortes ejerzan sus funciones y que se haga con transparencia para mostrarle a la opinión pública quién delinquió, cómo y cuál es la consecuencia. Pero estoy muy insatisfecho con que esto se de hoy sólo después de la desmovilización de los paramilitares, porque miro hacia atrás y pienso: Tuvimos un pésimo presidente elegido con dineros del narcotráfico y logró mantenerse en su cargo sin que nadie le dijera nada, mientras metió al país en una recesión económica desastrosa.

El país tiene que avanzar hacia una limpieza profunda de las instituciones. Las personas bien preparadas nunca piensan en desempeñarse en cargos públicos porque piensan que la política es sucia y corrupta y la única manera para lograr cambiar la forma en que se hace la política es a partir de unas instituciones sólidas y respetables.

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