martes, 17 de junio de 2008

La paciencia del paciente

El otro día leí un artículo donde alguien mencionaba que el nombre de "paciente" que los médicos nos asignan a los que en algún momento padecemos algo se debía al hecho de que es uno el que tiene que utilizar su paciencia para que el médico lo revise.

Hace poco tuve que visitar un galeno. La cita fue dada para 10 días después de pedida y eso que se trataba simplemente de una revisión de exámenes. Pregunté a la secretaria la duración de la cita y me indicó que sería de media hora, a las 3 de la tarde.

Como el consultorio se encuentra frente a un edificio de oficinas donde yo tenía una cita de negocios esa misma tarde, cuadré para que me recibieran a las 3:30 p.m. pues solo debía yo cruzar la calle.

Resulta que el médico me atendió a las 3:45 p.m. por menos de los 30 minutos prometidos por su secretaria, con lo cual llegué 30 minutos tarde a mi siguiente reunión. Si cualquier persona que trabaja en una empresa tiene un percance debido al cual tiene que llegar tarde a una cita, o necesita más tiempo antes de atender a otra persona, dice la urbanidad que uno debe avisarle al afectado, es lo mínimo teniendo en cuenta que el tiempo de los demás también es muy valioso. Sin embargo, esta visita al médico me hizo caer en cuenta que esta regla no aplica en dicho gremio. Retrasos en las agendas las tiene todo el mundo y uno no puede pretender que el médico deje de atender urgencias o cosas similares porque tiene una cita en su consultorio, pero lo que a mi se me ocurre es que las secretarias de los galenos deberían utilizar la programación de citas subsiguientes para contactar a los pacientes e informarles que el doctor está retrasado y de cuánto tiempo se trata dicho retraso, así uno decide si la hora a la cual el médico lo podrá atender es apropiada o si se debe re-programar la cita. Estoy seguro que el médico que implemente esa sencilla práctica va a tener más pacientes y atenderá más personas que sus colegas.

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